Los Patios
El patio, oasis de frescor, cuyo chorro de agua cae como una rama de palmera inclinándose al ritmo de la melodía de las columnas que lo rodean, como si la fuente viva del agua hubiese engendrado la curva de todos los arcos haciendo ronda alrededor de su madre.
El paseo por esta casa nos enseña cómo se establecen las relaciones entre el espacio público, la calle, y el espacio privado en la sociedad hispano/musulmana. Una vez dentro encontramos el zaguán o casa/puerta, espacio neutral, de transición, en el que los visitantes podían esperar al dueño de la casa sin penetrar en su intimidad.
Tras el zaguán pasamos al patio porticado, en cuyo centro se sitúa una fuente y en uno de los lados el pozo. El patio es el espacio de distribución del paso a toda la casa, y a su vez el centro de la vida de la casa islámica. Es un patio siempre interior, un trozo de naturaleza dentro de la intimidad del hogar, cargado de vegetación, aromas, rumores de agua corriente, húmedo y fresco.
Una de las características más destacadas de esta casa museo es su proximidad a la muralla de la Medina, en su lienzo Oeste a intramuros, conservando perfectamente el adarve interno que distingue a gran parte de las casas de esta calle Judíos y que separaba a las casas de la muralla.